El Movimiento Guevarista 8 de octubre (MG-8) de El Salvador, es una organización de cuadros política y revolucionaria que rige su funcionamiento, orientación y actividad táctica y estratégica por los valiosos principios del marxismo-leninismo, por los valiosos aportes hechos por Mao Tse Tung, Ernesto Guevara y muchos otros grandes líderes revolucionarios que han hecho importantes aportes en la práctica y en la teoría para transformar radicalmente el orden existente.

domingo, 31 de julio de 2011

SOBRE LA MASACRE ESTUDIANTIL DEL 30 DE JULIO DE 1975.

30 de julio de 1975

El 30 de Julio de cada año se conmemora la masacre estudiantil perpetuada en nuestro país esa misma fecha en  1975. Ese suceso significó en ese momento un duro golpe para la UES que había desempeñado un papel crítico muy importante frente a los regímenes dictatoriales que se mantenían en El Salvador. 

Los estudiantes de la universidad de El Salvador habían organizado ese día una manifestación en repudio a las acciones violentas que había ejecutado la dictadura, una de las cosas que se pensaba denunciar era la intervención militar a la facultad multidisciplinaria de occidente que había tenido lugar la noche del 25 de Julio.
La Marcha que salió a las 2:30 PM aproximadamente, pretendía denunciar ese hecho así como toda la represión vivida y otras violaciones a los derechos humanos que el pueblo estaba soportando. 

Días antes, el ministro de Defensa había estado anunciando a través de los medios de comunicación que no estaban dispuestos a permitir ningún tipo de manifestación y que si la actividad se llevaba a cabo dejarían caer “todo el peso de la ley” a quienes la efectuaran. 

Sin embargo y pese a todas las amenazas, los estudiantes valientemente salieron ese día a las calles.
 A eso de las 4:30 PM la marcha se vio interrumpida por un grupo del ejército comenzando así la cruenta masacre. Los soldados abrieron fuego y la gente se comenzó a dispersar. Pero a los jóvenes estudiantes les salían al paso los guardias, quienes no solo les disparaban sino que además los atacaban con machetes.
Uno a uno caían los muertos. Mientras que las tanquetas que aparecían desde la cola de la manifestación pasaba por encima de los cuerpos tirados en el pavimento, creando un verdadero baño de sangre. 

Cuando finalizó la matanza, llegaron inmediatamente camiones del ejército para levantar a los fallecidos y llevárselos. Posteriormente los bomberos llegaron para lavar toda la sangre. Con esto se intento invisibilidad la matanza de manera que la sociedad jamás se enterara de lo sucedido.

Es curioso que los medios de comunicación de la derecha, los mismos que hoy dicen ser los defensores de la libertad de opinión y representar la voz del pueblo llamándose así mismo imparciales, no hayan dado las muestras del más mínimo interés a la noticia. Más aún, tuvieron el cinismo de afirmar que hubo un tan solo muerto cuando mencionaron el suceso.

Pues bien, hemos hecho un ligero resumen de los sucesos, pero semejante episodio vivido en nuestro país no se puede abarcar con lo mencionado. Queda ahora la cuestión de respondernos ante todo, Cual era la situación que se vivía.

Sabemos que la década de los 70’s  fue una época en los cuales los niveles de organización, lucha y combatividad de los sectores populares tuvieron un muy importante auge, el descontento era generalizado y todos en nuestro país querían ver cambiada la situación.

Los niveles de vida de la población se veían cada vez más deteriorados, producto de un sistema capitalista que no había hecho (tal como sucede aún hoy en día) más que acumular  riquezas excesivas en un pequeño grupo de personas y miseria extrema en el resto e inmensa masa del pueblo.

 En el horizonte sin embargo, tal situación no se veía mejorar. Todo lo contrario, no hacía otra cosa que empeorar. Pero a causa de esto y en consecuencia suya, el pueblo adquirió conciencia de lo que tenía que hacer y fue progresivamente radicalizándose. La lucha de clases llegó a niveles tales que empezó a significar un verdadero riesgo para las clases dominantes. 

El orden existente era cuestionado a todos niveles y surgía la confianza en que se podía construir una sociedad completamente nueva, libre de explotación y libre de opresores y oprimidos. Pero para poder lograr tal hazaña, era necesario dar al traste con la sociedad capitalista existente para de sus ruinas, poder construir una nueva. 

Esto fue algo que las clases oprimidas supieron comprender muy bien. Pero también lo hicieron las clases dominantes. Estas eran ya incapaces para mantener  su dominio, habían actuado de manera torpe y se encontraban ahora, en medio de un problema del cual no encontraban modo de salir.
Intimidadas, débiles y temerosas de lo que pudiera pasar, solo pudieron encontrar por medio de la represión y la violencia abierta y descarada, la manera de contener el avance revolucionario. Hecho que se convirtió en regla durante este periodo.

 Así que no hacían con ello más que esconder su debilidad y falta de ideas. Esto no nos sorprende, puesto que se ha visto, y no demuestra sino el verdadero rostro de un sistema cimentado en la violencia; siempre que las clases dominantes han podido ejercer con tranquilidad su dominio, la opresión y explotación, han intentado convencernos de que somos libres y que podemos incidir en las decisiones que nos afectan a diario.
Con mecanismos como dejarnos elegir cada cierto tiempo en las Urnas quienes serán los encargados de aplastarnos en el parlamento o en el ejecutivo intentan hacernos creer en la ilusión que somos libres.

Pero cuando la sociedad comienza a cuestionar el estado de cosas existente, y este se ve en riesgo, no vacilan en quitarse la máscara “democrática” y mostrar su verdadero rostro, el rostro del fascismo. Esto es lo que ocurrió El 30 de Julio de 1975.

Cierto que los asesinos directos tienen nombre y apellidos (Carlos Humberto Romero y Arturo Armando Molina) y estos tienen que pagar. Pero no debemos olvidar que estos personajes por muy detestables que se nos aparezcan, solo eran simples títeres de la oligarquía reinante, no eran otra cosa más que sus esclavos fieles a la cual servían y la cual dominaba realmente el aparato del Estado. Eran los intereses de esta clase los que estaban en juego y los que había que defender.

La manifestación estudiantil de 1975 no era un acontecimiento que pudiera significar un riesgo real hacia los sectores dominantes, fue una actividad pacífica, sin más propósito que el de denunciar los atropellos que se estaban viviendo en ese momento. 

Sin embargo, temeroso de que estas actividades se generalizaran, frágil e inseguro, el gobierno no pudo encontrar tranquilidad en otra fuente que no fuera la de masacrar a sus ciudadanos. He ahí el verdadero origen de los hechos. La expresión de un sistema incapaz de seguirse sosteniendo sobre sus piernas.

Donde se evidenció en todo su esplendor la incapacidad de los grupos de poder para seguir dirigiendo la sociedad fue en el curso posterior de los acontecimientos. La matanza estudiantil tuvo como efecto la indignación general de toda la población, el fortalecimiento de la organización popular y la aceleración del proceso revolucionario.

Finalmente. Lamentamos la situación decadente por la que atraviesa la Universidad De El Salvador, que tan importante papel jugó en la historia de nuestro país, sus actuales autoridades, lideradas por el incompetente rector Rufino Quezada, la están conduciendo hacia una situación de decadencia sin precedentes. 

Baste con mencionar que mientras nuestros jóvenes mártires dieron sus vidas para defender la autonomía universitaria, hoy tenemos frente a nosotros a un rector que pide a ruegos la intervención policial.

No hay comentarios:

Publicar un comentario